Una mustia en Morelia…

Como saben, esta mustia tuvo la oportunidad de andar por las maravillosas tierras morelianas. Para los que no supieron de mi frenética huída, les comento que acudí a un congreso de diseño a esta bella ciudad… pa´que no me digan que nada más ando de pata de perro, eehh?

Siguiendo con el chisme, sinceramente el congreso dejó mucho qué desear: un mucho desangelado, desorganizado, casi nula la participación de expositores, etc., a pesar de la buena cantidad de participantes que asistimos de todas las ciudades del país y más allá de nuestras fronteras (una colega colombiana, que por cierto conocí en el baño… jaja). Sin embargo, la hermosa ciudad de Morelia fue el marco perfecto que rescató por mucho el mencionado congreso. Tanto que pude recorrer un poco de su centro histórico, algunos pueblitos como Capula, Quiroga, Tzin tzun tzan (lugar de colibríes), Tupátuaro y casi, casi Pátzcuaro (lugar al que no pudimos llegar por un accidente automovilístico que hubo y nos negaron pasar más alla)… buenoo, y pos ya se imaginarán las “chorrocientas” artesanías (sinónimo de un chingo de cosas) que me compré. Desde una delicada catrina de barro, colchas, manteles, dulces típicos, un muy original dije de vidrio, pulseras de cobre, una guitarra de madera pa´mi bodoque (mi sobrino), artesanías de mimbre, ropa y hasta zapatos!! Pa´que se den una idea, pude traerme hasta el perico pero era demasiado.

Además de hacer compras, lo mejor que puedes hacer en Morelia es comer. Uno de los restaurantes al que acudimos, y que por cierto recomiendo ampliamente a todos y todas ustedes mis queridos mustios, es el Bar San Miguelito que se encuentra casi sobre la Av. Camelinas contra esquina al centro de concenvenciones. Es un lugar gratamente original en su decoración y una cocina riquísima, además de que cuenta con el llamado “Rincón de las quedadas” (por algo tenía que ir…) cuya particularidad es que hay San Antoniosss de cabeza por todos lados. Y bueno, pos esta mustia jué a hacer una pequeñísima petición que ya a estas alturas de la vida, sería un milagro que me lo concediera mi santo de cabecera, mi querido San Antonio!!!

En fin, no me queda más que decir: Prometo que volveré… pero con más dinero que gastar y con más espacio en el automóvil, jajaja.

Les dejo algunas imágenes, pa´ que me tijerién, méndigas mustiasss!!! Aún así las quiero un chingo (sinónimo de mucho, muchotee)

Chaitoo
La mustia