Larga espera...

Tu ropa y mi ropa cayeron con aquella cálida y ardiente noche.
Ansiosas nuestras manos, pronto encontraron piel y temblando nuestros cuerpos se vieron completamente desnudos.
Y fue que me observaste con esa tu peculiar mirada; mirada que quema, que ata, que penetra hasta los más profundos pensamientos. Y tu boca, esa tu sensual boca que calla y calma la lujuria de los más íntimos deseos. Y tus manos, ohh esas tus manos que acarician y se adueñan de todo aquello que toman por asalto.
Así es que tómame, ámame, penétrame y acaba ya con esta larga espera de sentirte dentro, muy dentro y ser mío, solamente mío... AMOR.