Mustia hasta los huesos

jueves, noviembre 29, 2007

Una mujer exquisita...


EL DULCE SABOR DE UNA MUJER EXQUISITA
Por Gabriel García Márquez

Una mujer exquisita no es aquella que más hombres tiene a sus pies,
si no aquella que tiene uno solo que la hace realmente feliz.

Una mujer hermosa no es la más joven, ni la más flaca, ni la que tiene el cutis más terso o el cabello más llamativo,
es aquella que con tan solo una sonrisa y un buen consejo puede alegrarte la vida.

Una mujer valiosa no es aquella que tiene más títulos, ni más cargos
académicos es aquella que sacrifica su sueño por hacer felices a los demás.

Una mujer exquisita no es la más ardiente,
sino la que vibra al hacer al amor solamente con el hombre que ama.

Una mujer interesante no es aquella que se siente halagada por ser admirada por su belleza y elegancia,
es aquella mujer firme de carácter que puede decir NO.

'Y un hombre, un hombre exquisito es aquel que valora una mujer así.'

Pd. GRACIAS doctor O'Farrill por enviarme tan hermoso texto.
La mustia

lunes, noviembre 26, 2007

Sincronía...


Hacerte el amor, difícil de definir, maravilloso de experimentar. Comunicación trascendental de dos cuerpos, dos mentes, dos corazones que se funden en miradas fijas; movimientos de una danza cósmica para que en un momento estático haga explosión la experiencia más humana y bella... HACER EL AMOR.

jueves, noviembre 15, 2007

Mi mustia soledad...


He aquí que tú estás sola y que estoy solo.
Haces tus cosas diariamente y piensas
y yo pienso y recuerdo y estoy solo.
A la misma hora nos recordamos algo
y nos sufrimos. Como una droga mía y tuya
somos, y una locura celular nos recorre
y una sangre rebelde y sin cansancio.
Se me va a hacer llagas este cuerpo solo,
se me caerá la carne trozo a trozo.
Esto es lejía y muerte.
El corrosivo estar, el malestar
muriendo es nuestra muerte.

Ya no sé dónde estás. Yo ya he olvidado
quién eres, dónde estás, cómo te llamas.
Yo soy sólo una parte, sólo un brazo,
una mitad apenas, sólo un brazo.
Te recuerdo en mi boca y en mis manos.
Con mi lengua y mis ojos y mis manos
te sé, sabes a amor, a dulce amor, a carne,
a siembra , a flor, hueles a amor, a ti,
hueles a sal, sabes a sal, amor y a mí.
En mis labios te sé, te reconozco,
y giras y eres y miras incansable
y toda tú me suenas
dentro del corazón como mi sangre.
Te digo que estoy solo y que me faltas.
Nos faltamos, amor, y nos morimos
y nada haremos ya sino morirnos.
Esto lo sé, amor, esto sabemos.
Hoy y mañana, así, y cuando estemos
en nuestros brazos simples y cansados,
me faltarás, amor, nos faltaremos.

"He Aquí Que Tú Estás Sola" de Jaime Sabines.

PD. Te sigo esperando... amore mío.

miércoles, noviembre 07, 2007

Esos mis “profes”…


Sin mucho en qué pensar, me sugirieron escribir sobre esas personas de las cuales, todos y todas tenemos una idea buena, mala, terrorífica, desafortunada, rencorosa, traumática e incluso fóbica, hacia alguno de los “profes” y/o “mayestras” que siempre recordamos con mucho aprecio y respeto y otros, que preferimos que dios los tenga en mejor sitio que en este planeta. Solo me pregunto, por qué es que siempre recordamos a los que nos hicieron la vida de cuadritos?? Jijosss de su santa madrecitaaa!!... ahí les va la mía. A continuación, muy al estilo de la MUSTIA, la clasificación de los tipos de maestros que hemos tenido o tenemos, va:
1. Las monjas: Las menciono porque formaron la mayor parte de la vida de esta mustia. Todas con el mismo esteriotipo: bonachonas, gorditas, algo barcos, y siempre dispuestas a brindar sonrisas por doquier. Aaahh, pero aguas con las malencaradas y gruñonas, que en la mayoría de las veces eran las directoras. De esas sí, mejor ni hablamos…

2. Los sinvergüenzas: Aahhh, de esos tengo en mi historial académico algunos, cómo no recordarlos, si a lo único que iban a la escuela solo era para hacer bulto y cobrar mes a mes su caudaloso salario de maestro de tiempo completoooo!!! Recuerdo a una mayestra que llegaba, tomaba lista y se ponía a tejer su chambritaaaa… ahhh, inche vieja web…ojalaá que a estas alturas la hayan suspendido de la escuela y haya encontrado otra cosa en qué entretenerse metidita en su casita!!! (por cierto, creo que todavía imparte clases, pero de manualidades la muy mendiga….)

3. Los diplomáticos: La mayoría de ellos son abogados o licenciados. Muy trajeados, planchaditos, bien peinaditos (muy contados ehhh?), con amplio vocabulario y excelentes oradores. Chingones para eso de la “labia”… ahhh, pregúntenme si les entendíamos lo que nos decían???... ni madres, no aprendimos nada. Solo ellos sabían de lo que hablaban.

4. Los delegadores: Osea sé, aquellos que nada más se sentaban a oir la exposición de clase de nosotros los alumnos!! Qué no se supone que debería ser al revés?? Así o más mediocres los professs!!!

5. Los barcos: Ahhh, pobrecitosss… a estos nos los hacíamos como nuestras patitas, a poco no?? Recuerdo a uno, que por cierto le decíamos “Torombolo”, quien de verdad fuimos su peor pesadilla en la prepa. Le hacíamos mate (todo el grupo), no le poníamos atención, nos pedía permiso para dejarnos tarea y es netaaa!!! Y por si fuera poco, todos debíamos tener 10 en su materia. Pobrecitoo, tanto lo hartamos que un buen día estalló y textualmente “nos mentó nuestra madrecita” escribiéndolo en el pizarrón ante los ojos atónitos de todos sus inocentes alumnos, que todavía tuvimos el descaro de chismearle al direeeee y así expulsarlo de la institución. No cabe duda, que la unión hace la fuerza… qué poca madre tuvimos!!!! (lo reconozco)

6. Los coroneles: Aaayy nanitaa, de éstos tuve pocos y son los que más recuerdo con mucho respeto y admiración. De verdad, y no por ser mustia, pero de éstos debí tener más… porque de ellos, precisamente fue de quienes aprendí muchas cosas. Desde que hacían su aparición en el salón imponían su presencia. De voz fuerte, clara, bien derechitos y boleaditos. Personalidades que sin caretas, nos compartieron humildes su intelecto y conocimiento. Clarooo, nos hacían la vida de cuadritos con tareas, preguntas, investigaciones, etc…, pero cómo les aprendí y biennnn!!! Yo los renombraría como los maestros chingones… sí iñor!!!.

7. El galán: Ahh, éste casi siempre se da o en la prepa o en la uni. A poco no, es el espécimen del que toda la escuela está enamorada… ahhh, desde que llega trepado en su super “chopper”, chamarra de piel negra, botas, de lente oscuro y expidiendo un agradable aroma. Ahhhh, si a una como alumna se nos caía la baba, a las secretarias se les caían los calzones cada que pasaba. Clarooo, que siempre andaba en boca de todos: que si fue novio de fulanita, que le cerró el ojo a zutanita y que le abrió las piernas a menganita… a pos qué sertudootaaa la mén…diga viejaa zorra!!! (Por qué a mi nooo??, eso se preguntaban las secresss).

8. Los herméticos: De éstos seres, son en su mayoría los maestros nerds frustrados. Sí esos ratones de biblioteca que egresaron de las escuelas para volverse a meter en ellas. Entes que nunca supieron o se arriesgaron a “expresarse” y que serán muy chingones en su ramo, pero para compartir lo que saben, nada de nada. Sin vida propia, siempre metidos en su cubículo y/u oficina, de aspecto desalineado, siempre los recordamos como esooo… como los maestros invisibles.

Y sigue la mata dando, pero de eso mejor se los dejo a ustedes, mis queridos mustios y mustias. Y tú de qué maestro te acuerdas?? Cuéntame...

Chaito
La mustia

Pd. Ojalá que no me metan mis alumnos en esta lista, porque entonces “ahí si nooo…” me va a gustar!!! Saludos

martes, noviembre 06, 2007

Citando a Sabines...


ME DOY CUENTA DE QUE ME FALTAS

Me doy cuenta de que me faltas
y de que te busco entre las gentes, en el ruido,
pero todo es inútil.

Cuando me quedo solo
me quedo más solo
solo por todas partes y por ti y por mí.
No hago sino esperar.

Esperar todo el día hasta que no llegas.
Hasta que me duermo
y no estás y no has llegado
y me quedo dormido
y terriblemente cansado
preguntando.

Amor, todos los días.
Aquí a mi lado, junto a mí, haces falta.
Puedes empezar a leer esto
y cuando llegues aquí empezar de nuevo.
[...]

PD. Cómo no mencionar al maestro Sabines, si me ha quitado de mi boca, las palabras que quiero decirte... Yo sigo esperando...

La mustia