Ohhh mujeres que aman demasiado…
… Amar demasiado es amar con todo nuestro ser, pero por qué amamos tanto?
Sin temor a equivocarme y sin ningún afán de presunción, amigas mustias mías, he encontrado el hilo negro y/o respuesta a tan formulada pregunta. Les puedo decir que es porque somos los seres más sensibles que jamás haya conocido el animal llamado hombre. Sí, ese ser ciego, indeciso, macho, insensible, inmaduro, mentiroso, infiel, pocos cojones, niño de mami, poco hombre y más animal.
Peroooo, por qué los seguimos amando, rogando, llorando y mendigando un poco de su atención, a pesar de todos estos bellos y explícitos adjetivos?
Abran ojo, que para ésta también tengo la respuesta. Oohhhh síii, lo sé todo. Simple, porque no se nos quita lo uey!!!. Porque dentro de nuestro hermoso ser, todavía tenemos la estúpida esperanza de que “algún día cambiará”. Que con nuestro amor, con nuestro cariño, con nuestros besos, con nuestros encantos carnales, llámense arrimones, fajes y apasionados cachondeos, y en muchos casos hasta con nuestro dinero, podremos transformar al objeto de nuestro deseo, de un sapo insignificante, en un amoroso y sensible príncipe… ohhh chalalalalaaaaaa…
Pero NOOOOO!!!! Nunca cambiarán, porque son felices en su ambiente natural. Sí en su estado animal, eso es todo!!!
Seguramente, se han acordado de dos o tres animales de los que hablo, verdad? No se preocupen, ni se molesten por tomar el teléfono y llamarlos para saber si están bien, porque siguen siendo los mismos. Y no lloremos que nunca se acabarán porque éstos serán los últimos animales en peligro de extinción…
El drama de todo este rollo, radica en que aún con todo lo animal que son los hombres, los amamos demasiado, los idolatramos, los perdonamos y todavía los premiamos entregándonos a ustedes. Sí, así como lo están viendo sus hermosos y saltados ojitos… aquí seguramente algunas dirán: “ayy, yo no; yo nunca!!!” Por favor, ya les salió lo mustias y puritanas. Es simplemente porque nacimos para amarlos.
Así es que, queridas amigas mías, sigamos amándolos, gozándolos, disfrutándolos; que para amar a un animal tendremos que convertirnos en uno como ellos.
Pd. QUERIDAS AMIGAS, si el amar demasiado te vuelve un animal, procura elegir alguno que no tenga grandes y hermosas cornamentas, y disfrútalo tanto como éste dure!!! Suerte mis queridas MATADORAS!!!.